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Locución de eventos

En la organización de un evento deportivo, sea cual sea, lo más importante con diferencia es que esté bien organizado y que tanto las y los deportistas como el público asistente regresen a casa felices por haber participado y asistido. Pero por muy buena organización que haya, siempre tendrá un ‘plus’ aquel evento en el que haya un buen locutor que realce lo que está sucediendo.

Mi función, a lo largo de todos estos años, ha sido fundamentalmente resaltar el papel desempeñado por los deportistas, independientemente de su nivel. Para mí siempre han sido importantes las y los mejores, como también quienes ofrecían un nivel inferior. Y en el ámbito organizativo he tratado de ser algo más que una voz y convertirme, de alguna manera, en un ‘consultor deportivo’ que anticipa sucesos que se pueden producir y que son fácilmente subsanables; y también posteriormente, una vez finalizada la organización, mediante informes para que el evento pueda crecer año tras año, buscando siempre la excelencia.

Yo puedo poner la voz, pero necesito algo fundamental que cuando funciona nadie repara en ello, pero si falla echa al traste cualquier organización: un buen sonido. Esa simbiosis megafonía-locutor es el extra para que tu evento crezca. Para que pase del sobresaliente a la matrícula de honor.

Narrador en TV

La versatilidad que mostraba como locutor de todo tipo de eventos deportivos la trasladé, en cuanto tuve la oportunidad, a la televisión. Al provenir del mundo del atletismo, mis primeras labores como narrador llegaron del considerado en los Juegos Olímpicos «el deporte rey». Era muy especial contar lo que las y los competidores iban realizando porque poco tiempo antes yo estaba en su misma situación. Para transmitir verdaderamente algo hay que conocerlo. Y saber, por ejemplo, cuánto trabajo hay detrás de cada deportista, los nervios que te persiguen en cámara de llamadas y la presión que se siente cuando estás en pista, me permitían conectar con quienes estaban compitiendo para, a su vez, conectar con la audiencia.

Posteriormente, me llegó el ofrecimiento de narrar tenis, un deporte que, como tantos otros, adoro. Y de una red en medio de la pista, pasé también a narrar una modalidad deportiva con dos redes en sus respectivas porterías de 3×2 metros: balonmano, cuya intensidad es difícilmente comparable. Y hubo otras redes que me ‘atraparon’ y acabé ‘pasando por el aro’: narrar baloncesto es regresar a mi niñez cuando era un base que trataba de generar asistencias para el resto del equipo y presionaba en defensa para recuperar la posesión. “¿Y el fútbol?”, te preguntarás. También lo he narrado con la misma devoción que el resto de modalidades deportivas porque, para mí, cada deporte es importante. Al igual que lo es cada deportista, sea hombre o mujer. Sea olímpico o paralímpico. Sea profesional o aficionado.

Sonorización de vídeos

Mi experiencia sonorizando vídeos, tanto en reportajes como en resúmenes, me han permitido conocer un mundo diferente con la voz. Estás solo, delante de una pantalla, con un micrófono perfectamente situado para emitir las palabras precisas que lees de un guion que te permite acompasar tu locución a lo que se está viendo en la imagen. Y ahí la vocalización es fundamental para que se entienda cada palabra, cada sílaba, cada fonema que transmites.

Triatlón, carrera a pie y voleibol han sido deportes donde he tenido la oportunidad de poner mi marchamo sonoro en sus respectivos vídeos.